La sociedad de la información y de saberes compartidos se puede convertir en una sociedad desinformada
En el mundo la ley de Copyright cada día da más que hablar. No solo en lo musical o en la literatura si no también en el campo de la medicina. Lessig en su texto Cultura Libre publicado en el año 2003 toma como ejemplo la problemática del SIDA comentando que en el mundo hay más de 35.000.000 de personas con el virus haciendo hincapié en los 23.000.000 que viven en África Subsahariana. De los cuales 17.000.000 han muerto, aunque existen medicamentos que podrían haber reducido la velocidad de desarrollo del virus. Son terapias antirretrovirales todavía son experimentales pero ya han tenido sus efectos drásticos. En los EEUU un paciente con SIDA que toma estos medicamentos incrementa su esperanza de vida entre diez y veinte años. Por el alto valor de estos medicamentos, que están protegidos por patentes, África no puede suministrarlos para su población, ni siquiera producirlos porque la formula química esta patentada. Por ende no puede ser reproducida sin la autorización de sus creadores, en este caso una farmacéutica perteneciente a EE.UU. Así observamos como las leyes impiden salvar millones de vidas.
En el futuro ni la vida ni la cultura será libre. Durante la mayor parte de nuestra historia las leyes de Copyright como de patentes fueron equilibradas pero nosotros, como cultura en general, hemos perdido este sentido del equilibro, perdimos el ojo crítico que nos ayude a ver la diferencia entre la verdad y el extremismo. En Argentina CADRA (Centro de Administración de Derechos Reprográficos Asociación Civil, sin fines de lucro) está integrada por autores y editores de libros y otras publicaciones, que representa y defiende colectivamente su derecho de propiedad intelectual y forma parte, conjuntamente con cincuenta y cinco organizaciones de derechos reprográficos de todo el mundo de la IFRRO (Federación Internacional de Organizaciones de Derechos de Reproducción). Esta organización otorga autorización para reproducir todas las obras que forman parte de su repertorio a través de un contrato de licencia de uso. Lo importante y complejo de esta organización es que solo se autoriza a fotocopiar un 20% del ejemplar o un capitulo, es posible solicitar una licencia especifica y solo se podrá autorizar las fotocopias completas para aquellas obras fuera de catalogo o acotada, contando siempre con la autorización expresa del titular de derecho.
Las universidades al frente del acuerdo
En 2009 CADRA firmo un acuerdo con la UBA donde se expresa que deberá pagar por cada ejemplar que mande a imprimir 12,72 pesos por cada uno de sus 300 mil alumnos inscriptos y las demás universidades deberán seguir su ejemplo. Si este acuerdo llega a todas las universidades del país los estudiantes se verán afectados de todas formas. Primero el presupuesto académico es escaso sin contar con este gasto que deberán realizar obligatoriamente, segundo ¿Qué sucederá con aquellos ejemplares que no están disponibles para su reproducción y los alumnos los necesiten? Tercero no podemos negarles a los estudiantes el derecho a informarse desde los artículos y libros que deben fotocopiar.
De esta manera se despiertan discusiones en el ámbito estudiantil porque si no pueden fotocopiar un libro determinado deben comprarlo, es allí donde debemos pensar en aquellos alumnos que asisten a las universidades gracias a las becas otorgadas y que ahora deberán gastar el dinero en libros que antes podían fotocopiar. Teniendo en cuenta que los libros académicos tienen alto costo.
El gobierno no debería aceptar estos acuerdos, porque existen diferentes estadísticas que muestran la falta de lectura en la juventud argentina. Siendo esto una problemática educativa y cultural, a la que le sumamos el impedimento a leer libros, por no poder ser reproducidos el cien por cien de la obra. Recordando que los libros que pueden ser reproducidos el 20 % de la obra y están bajo la licencia general de CADRA que solo autoriza las fotocopias y reproducciones por algunos usos digitales a las universidades.
La cultura necesita de la comunicación para circular
Nuestra información cultural circula mediante los libros, las películas, la música y el arte en general y las patentes circulan con ellas, aunque en lo tecnológico las patentes son exiliadas.
En internet podemos encontrar todo lo que necesitemos sin pagar o pedir permiso. Esto en otros países no es legal por lo que creemos que en algún momento en el nuestro tampoco lo será, esperemos que la sociedad adopte una conciencia cultural y ayude a los intelectuales y artistas a que esto no suceda. Se perdería el conocimiento popular y el interés.
A través de la tecnología podemos compartir saberes culturales que antes solo se podían a través de la comunicación. Pero gracias a la tecnología existen avances en la comunicación, donde la sociedad comparte saberes, que se podrían perder como se `perdieron las vidas 17.000.000 de africanos por las restricciones de patentes. Entonces estamos comparando vidas con patentes y educación con dinero.
Como estudiantes y seres que nos nutrimos de libros deberíamos defender el derecho a la información y buscar una solución al uso indiscriminado de las fotocopias, tanto en el ámbito académico como social. Para poder lograr una sociedad con jóvenes y un futuro con un alto nivel educativo fomentando la lectura sin restringirla como lo hacemos, aceptando los acuerdos de CADRA en la Argentina. Debemos reconocer el derecho del autor pero buscando otra forma sin las limitaciones hacia el ámbito educativo. Deberíamos brindarle al autor y su propiedad intelectual un derecho fundado en la identidad cultural, social, política y democrática. Brindándole al mismo el reconocimiento económico a su obra, brindado por el estado.
Roxana Elizabeth Venter
Gladys Elena Yrrazabal
Deja un comentario